Fué en una de mis primeras marchas, la primera en compañía de mi padre y ,si mal no recuerdo,también la ultima; ahí fué cuando me di cuenta de lo mucho que esto me gusta. Debo haber tenido unos diez u once años, año dos mil ocho o dos mil nueve… La Hidroeléctrica Hydroaysen quería construir una represa en la patagonia chilena para transportar energía hacia las mineras del norte, destruyendo todo lo que estuviera a su paso. Yo no estaba para nada de acuerdo con esto y mi padre tampoco; evidentemente tenemos más cosas en común que solo nuestro nombre. Él me habia pasado una cámara y así me permitió descubrir este interesante mundo del cuál nunca más quise separarme.Fue una noche de sensaciones nuevas para mí.
Mis primeras fotos dentro de un contexto así, la primera marcha con mi padre como ya habia mencionado, la primera vez que corrí de los pacos, que se estaban llevando a todos sin filtro ni vergüenza alguna. Por estos mismo fue también la primera vez que sentí ese miedo de no saber como iban a terminar las cosas. La incertidumbre se mezclaba con el frío intenso que hubo esa noche y a pesar de todo, fué de ese caos que nació en mi esa curiosidad, esa sed de adrenalina y de querer registrar yo mismo lo vivido en ese momento, sin enterarme a través de terceros… Años después compré mi propia cámara para así seguir descubriendo este mundo y a mi mismo simultáneamente; y en eso estoy.